Momentos de la Verdad
Hace poco yo era una figura con una jerarquía relativamente
importante en una empresa, por parte de uno de los hijos del dueño conocí este
concepto que se relaciona en el área del managment (aunque se puede aplicar a
la vida diaria como a continuación lo haré) con aquellos momentos en los que la
empresa debe demostrar su valor tras haber superado un periodo inicial de
tiempo para asegurar su permanencia en el mercado. Estos son momentos en los
que la empresa, tras haber sobrevivido al tiempo normal de cualquier empresa,
debe superar una fuerte crisis y adaptarse a un esquema organizacional que le
asegure el no desaparecer.
En el ámbito personal esto puede significar la confrontación
a momentos en los que uno prueba de lo
que realmente está hecho, de esta forma sorteando obstáculos o triunfando con
proyectos. Cierto es que en esta vida lo mas loable y digno de admiración no es
el que supera cada uno de sus “momentos de la verdad” sin ningún esfuerzo, sino
aquel que pese a haber sufrido caídas fuertes ha sabido como levantarse para
superar sus fracasos y superar los retos adaptándose y escribiendo su propia
historia. A lo largo del tiempo ha habido muchos científicos, pensadores,
artistas que tienen fama y
trascendencia; y muchos de los más grandes de ellos han superado obstáculos que
en promedio tirarían a una persona frente a este tipo de momentos muchas veces
teniendo fracasos aparentes que los convierten posteriormente en personas que
valoran las lecciones que obtuvieron de estos momentos.
No quiero ni puedo compararme con nadie en lo absoluto en cuanto
a este tipo de historias, pero es justo en estos momentos que me enfrento a uno
de estos momentos de verdad, mismo que me ha guiado a una relativa reclusión para
prepararme a enfrentarlo. Realmente creo que sería un mentiroso quien en una posición
como la mía afirmase estar completamente tranquilo o no temer al fracaso en
este objetivo y por lo mismo procuro no tomar a la ligera el reto que estoy por
enfrentar. Pocos son los momentos que me permito para tomarme descanso en esta preparación
mientras que me he alejado drásticamente de casi todo contacto humano, excepto
en algunas veces el de mis amigos más cercanos, mi esposa que me ha apoyado en demasía
desde un inicio y mi familia. En estos descansos
me asomo a la vida de mi gente por las redes, escucho noticias, o leo algo que
no tenga nada que ver con lo que estoy haciendo para prepararme, pero ha
llegado el punto en el que las horas del día no me parecen suficientes para
esta preparación y la ansiedad me carcome por dentro, momento en el que a veces
libro batallas contra los libros cabeceando contra el sueño de madrugada.
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