Suit Lyrica De Las Profundidades y el Infierno cap.1: Cuando la Oscuridad te Observa de Vuelta

Estás recostado inmóvil en medio de la noche, nuevamente el insomnio hace estragos con tu mente y tu conciencia mientras aún, otra vez, recurres a simplemente ver hacia el techo en medio de la oscuridad cerrada de tu cuarto. Sabes bien que en medio de dicha negrura, cuasi palpable, daría lo mismo tener tus ojos completamente cerrados. Por un momento no puedes moverte, es el peso de tu pareja que ha optado por usarte cual muñeco de felpa, lo que principalmente te impide mover siquiera un musculo y, tenso como un cadáver, esperas a que su respiración te indique que ha llegado a esas etapas del sueño profundo para siquiera pensar en moverte. Recurres a escuchar como los motores en la calle cercana suenan de vez en vez de un crescendo gradual para después oír como el sonido muere al alejarse indicando el paso de los autos, contando efectivamente motores en lugar de ovejas. Tu mente juega trucos últimamente y hoy cuentas los motores de forma mecánica sin siquiera pensar en querer conciliar el sueño ante la ansiedad de lo que te espera del otro lado en el mundo de Morfeo.

Desde muy temprana edad has sido una persona que creia que el humano era capaz de los actos más bellos y sorprendentes desde la pulsión constructiva del amor, tu pareja te ejemplifico eso directamente en tu vida. Sin embargo, a la vez sabes que el humano tiene la ambivalencia de exactamente lo contrario siendo capaz de los actos mas sórdidamente horribles  y demoniacos. Esto lo sabes no solo por las noticias del día a día (que cada vez más las observas cubiertas de amarillismo) sino porque desde hace poco has estado saciando tu propio morbo y curiosidad navegando en la red profunda solo para confirmar que tan bajo puede llegar el ser humano. Sabes que has observado el abismo y desde ese momento quedaste helado al ver en ello al demonio en todos nosotros viéndote de vuelta. Desde entonces el insomnio ha sido bienvenido entre la intranquilidad y la paranoia ante cualquier sonido antes que sucumbir al sueño y ser presa de las pesadillas en las que revives el horror de las fotos y videos, como te han atormentado recientemente tus sueños desde una perspectiva personal o en peores casos desde el punto de vista del verdugo y no es hasta que toda tu sangre parece congelarse con los alaridos de la victimas de tus macabras ensoñaciones que despiertas para encontrarte envuelto en esa oscuridad, jadeando como un perro con una pulso acelerado como vieja locomotora.

Es una vez que escuchas el ligero ronquido del tranquilo sueño (sonido que te llena empáticamente de ternura a la vez que te corroe con la envidia) que decides escurrirte de los brazos de tu pareja para poder moverte con mayor libertad. El día de hoy decides escabullirte simplemente para leer un libro en tu teléfono, quedándote cerca a aquel ser que tanto amas, esto por dos razones: la noche anterior tu ansiedad llego a pico cuando después de ver un par de videos, que te dañaron al fondo de tu psique, navegando lo que se conoce en el argot del ciberespacio como “La Fosa de las Marianas”, encontraste una página activa que clamaba ser obra de una organización narco-satánica en tu país. Al entrar a esta página tu computadora fue atacada saturándose de imágenes, videos y audios  (runas hechas con sangre, rituales con asesinatos, orgias en torno a velas negras con gente que estaba encapuchada o con mascaras de animales, videos de tortura, música siniestra, alaridos en formatos de audio y símbolos arcanos o grabados lúgubres de lo que parecen pergaminos antiguos con ilustraciones semejantes a las pinturas encontradas durante la demencia de Goya) sin que pudieras hacer nada al respecto. En tu desesperación optaste únicamente por apagar tu computadora desconectando el cable de la electricidad, presa de un furioso pánico. Otra razón es que tu ausencia ha sido notada y recuerdas en voz de tu pareja  la suplica de que esta noche no te fueras como en los últimos días debido a que si tú no estás le invaden pesadillas de lo más atroz. No es un consuelo para ti que compartan ese mal pero lo es el presuponer que aunque también sea presa del terror nocturno por pesadillas, estas no deben tener comparación con las aberraciones que plagan tu mente por la noche. Por un momento estuviste consternado pensando que quizá de alguna forma tu investigación personal en el abismo de la sordidez humana había influenciado la psique de tu pareja, aunque no habías comentado ninguna de las atrocidades que has visto. Pero su descripción de sus pesadillas, pese a inquietarte, te reconfortan al saber que no tienen relación y por lo mismo procuras no inquietar ahondando en los detalles. Tu pareja sueña lo que coloquialmente se sabe como el que "se le suba el muerto" a lo que sabes que se trata de un estado del cerebro en el que su actividad es constante mientras el cuerpo no recibe señales, descansando pero observando cosas dentro del misterio de la imaginación humana.

Mientras lees tu libro sientes que se avecina por el fondo de tu mente la sensación de la que intentas escapar con tanta ansiedad: el aletargamiento que se asoma en la pesadez de tus parpados y pegas un salto al cabecear ante la nueva fobia que tienes a dormirte. Te da un vuelco al corazón cuando un sonido desmesurado cimbra el suelo haciendo que tu cuerpo sienta las vibraciones casi ondulatorias que continúan a aquel sonido. Al serenarte te das cuenta que trata únicamente de la bomba de agua del edificio, sabiendo entonces que tu ansiedad está haciendo estragos con tus nervios. "cálmate de una vez no, es nada... los sonidos típicos de esta casa" te dices a ti mismo en voz baja, sustituyendo el rezo del religioso con la razón del pragmático, decidiendo ir por un vaso de agua para tranquilizarte.

Te deslizas con cuidado de la cama usando la misma luz del celular donde lees tu libro para salir de la habitación hacia el pasillo que lleva a tu cocina. Ahí mismo te apoyas en la luz del refrigerador, guardando el celular en tu bolsillo,  para servir el vaso con agua saciando tu intranquilidad mitigando una sed inexistente solo para distraer a tu mente. Mientras logras eludir efectivamente tus preocupaciones con la sensación del fresco liquido mientras se desliza por tu garganta con el placer que trae al ser recibido por las paredes de tu estomago, cierras tus ojos y te rodeas con la oscuridad tras tus parpados... sin embargo eres interrumpido por el sonido sordo de la puerta del refrigerador cerrándose abriendo de un salto los ojos los ojos y derramando sobre tu pijama parte del agua. Dejas el vaso sobre una superficie que reconoces como el antecomedor  y estiras la camiseta de la pijama para ver la mancha del líquido ante la tenue luz que te envuelve. Algo no te cuadra. Volteas a ver y distingues ante la luz roja el refrigerador cerrado. Desconoces de donde proviene la luz. Siguiendo el tenue destello, caminando en la penumbra, observas como se corta la oscuridad en una iluminación gradualmente en ascenso, siguiendo por el pasillo el origen de esta luz, horrorizándote paso a paso escuchando cada vez mas fuerte el latir de tu propio corazón.

Realizas un alto total  al pie del umbral del estudio, desde donde aterrado observas el monitor de tu computadora, deliberadamente volteado hacia la puerta sobre la que yaces, la pantalla brilla con un rojo escarlata que recuerda al color de la sangre arterial. Al observar detenidamente llega a ti un frio sobrecogedor al distinguir en el centro con letras negras en un fondo rojo la frase "venimos por ti". Instantáneamente prendes la luz inundando el cuarto con los lúmenes blanquecinos del foco de halógeno, la pantalla  sin embargo se oscureció al mismo instante. El estudio se ve completamente normal siendo lo único fuera de lugar el monitor de la computadora que se encuentra orientado en dirección tuya, sin embargo apagado y la computadora desconectada, como la habías dejado por la tarde. "ok tranquilízate... esto no puede ser real..." procurabas racionalizar, pese a lo fútil del intento intentas relajarte repitiendo esto y recordando que llevas cerca de tres días sin dormir y sabiendo que esto puede borrar un poco los bordes de la percepción, mientras tanto revisas el cable de la computadora como si fuera una ciencia oculta la desconexión que tu previamente habías realizado, permaneciendo ahí solo con la intención de resguardarte bajo la luz de la habitación.

Tu corazón trabaja aun como una locomotora cuando oyes como alguien toca violentamente a la puerta principal cuatro veces, como castigando con el puño cerrado a la madera de la puerta. Con gran velocidad te diriges a la puerta transmutando el miedo en ira, armándote de valor, al intentar reconocer ajena a todo lo imaginado hasta este momento está situación de la visita no deseada más allá de la hora de las brujas. "¿¡Quién es y qué diablos quiere a esta hora!?" preguntas presa del enojo más que nada ante la euforia que trae consigo la molestia. "¿Por qué me has dejado?" interroga del otro lado de la puerta principal la voz de tu pareja con un tono melancólico. Al reconocer la voz escapa a tu boca un gemido de angustia y sorpresa desarmando inmediatamente la resolución y el coraje que habías tenido hace unos momentos y pese al ominoso sentido de profundo terror tu morbosa curiosidad se sobrepone a todo y lentamente te acercas al ojo de la puerta para mirar a través de él. Del otro lado observas, tal cual, frente a la puerta a tu pareja con una expresión solemne en su rostro inhumanamente pálido y en lugar de los hermosos ojos en los que te encanta ver tu reflejo, observas un par de monstruosas cuencas, profundas y negras. Paralizado de miedo observas como se acerca a observarte por el mismo ojo de la puerta cubriendo con la oscuridad de las cuencas absolutamente todo y sientes como en tu garganta se queda atrapado el deseo de gritar mientras todo lo que ves es oscuridad...

...sin embargo eres interrumpido por el sonido sordo de la puerta del refrigerador cerrándose abriendo de un salto los ojos los ojos y derramando sobre tu pijama parte del agua que tenías en el vaso. Dejas el vaso sobre una superficie que reconoces como el antecomedor  y estiras la camiseta de la pijama para ver la mancha del líquido. Algo no te cuadra. Volteas a ver y distingues a la tenue luz blanca el refrigerador cerrado. Desconoces de donde proviene la luz. Esto y la sensación de ya haber vivido estos momentos, de esta forma siguiendo el tenue destello caminando en la penumbra, observas como se corta gradualmente la oscuridad siguiendo por el pasillo el origen de esta luz, horrorizándote paso a paso escuchando cada vez mas fuerte el latir de tu propio corazón.

Realizas un alto total  al pie del umbral del estudio, la luz se encuentra prendida pero fuera de ello todo esta tal cual lo habías dejado. Te tranquiliza ver todo en orden y apagas la luz ahora nuevamente apoyándote en la luz de tu celular para regresar a recostarte a lado de tu pareja. Al acercarte no escuchas su ronquido y supones que se encuentra en una etapa aún más profunda de sueño. Le rodeas con tu brazo extrañado al no notar su respiración así como al sentir su piel helada como hielo. Como despertando de un profundo sueño de una forma violenta, tu pareja se estira dándote un sobresalto mientras eriza su columna vertebral como un gato ante una amenaza, escuchas el atípico crujir de sus vertebras posteriormente gira violentamente sobre ti para quedar directamente encima tuyo, inmediatamente toma tus muñecas apretándolas fuertemente, con sus manos mucho antes de que pudieras reaccionar, tu extrañeza es opacada solamente por tu sensación de agravio. Al ver su rostro quedas atónito y horrorizado al no ver a tu pareja y en su lugar a un cadáver en descomposición, su faz entre un estado putrefacto y momificado. El cadáver abre su boca emitiendo un sonido similar al silbido del viento y al ver donde debiesen estar sus ojos, observas la misma oscuridad palpable que la que imaginabas a través del ojo de la puerta y sientes una sensación horriblemente conocida, solo que esta vez realmente era el demonio quien te veía de vuelta...


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